DATOS RUTA: Altura 1,434 ; Desnivel: 493 ; Distancia: 11,30 Km.; Tiempo : 3,52 h..
Tras el paso del último temporal nos apetecía pisar algo de nieve, así que nos fuimos a Campóo, concretamente a Olea en Cantabria.
Llegamos a Olea, con mucho frío, todo nevado y los tejados llenos de chupiteles o carámbanos. Salimos desde la carretera, ya que intentamos aparcar, cerca de la pequeña iglesia románica, que hay al final del pueblo, pero no pudimos. Poco a poco fuimos descendiendo por una senda que estaba virgen y en la que te hundías en la nieve continuamente, siempre con la vista puesta en el castillo de San Martín de Hoyos. Llegamos a San Martín, pasamos junto al Castillo y a la iglesia románica, salimos a la carretera y al llegar al alto del Bardal, giramos a la izquierda y comenzamos el ascenso al Endino, ascenso muy trabajoso, ya que la nieve no estaba dura y te hundías continuamente, además comenzó a soplar un viento muy frío.
A media subida nos internamos en un bosque de robles de pequeño tamaño, pero que sirvieron para que el viento fuera menos intenso, tras dos horas y media llegamos al cruce de caminos que señala la dirección hacia el Endino y la bajada a Olea. Giramos a la izquierda para continuar subiendo, viento muy fuerte fuera del bosque y nieve blanda en la que nos hundíamos continuamente, al llegar a un alto en el que se divisaba el otro valle , tomamos la decisión de no continuar, por el frío intenso y considerar que entre subir y bajar nos llevaría mas de hora y media. Estuvimos contemplando el paisaje precioso nevado: Reinosa, el valle por el que se asciende a Brañavieja, el pantano del Ebro, con la sierra del Escudo, pico Jano, montañas de los pasiegos y las pista de alto Campóo.
Iglesia de Olea |
Castillo de San Martín |
Pantano del Ebro |
Retrocedimos e iniciamos el del descenso hacia Olea,la primera parte penosa, ya que nos hundíamos por encima de las rodillas y era muy difícil caminar, ya acercándonos al pueblo, había menos nieve y se caminaba algo mejor, tras casi cuatro horas de caminata llegamos al coche y en la parada del autobús dimos cuenta de los bocatas y por terminada la jornada.
Bonito día para caminar, con sol y cuando no corría el viento la temperatura no era mala .Como ya he dicho mucho esfuerzo para andar,pero ha valido la pena pisar nieve por primera vez este invierno y contemplar los preciosos paisajes nevados de Cantabria infinita.
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