DATOS RUTA: Altura: 1.010 ; Desnivel: 542 ; Distancia: 17,41 Km. ; Tiempo: 3,52 h.
De nuevo la posibilidad de lluvia nos llevó al sur de Ávila y, mas concretamente, a El Hoyo de Pinares, pueblo grande en el que a las 10,15 de la mañana no se puede desayunar, ya que solo hay un bar abierto, donde únicamente se puede tomar café y un dulce industrial. Es difícil comprender las propuestas del ayuntamiento, promocionando las rutas de senderismo y la falta de servicios al visitante, mejor El Barraco o Cebreros.
Salimos de El Hoyo por una estrecha vereda en suave descenso, observando, a nuestra izquierda un rebaño de cabras que salia a pastar. Pronto dimos con una pista, por la que transitamos rodeados de almendros en flor, pinos, algunos olivos y numerosas viñas, algunas perfectamente trabajadas y otras abandonadas.
Continuamos por la pista y enseguida atravesamos el precioso puente de Becedas , sobre el arroyo del mismo nombre, y,no muy lejos , encontramos el puente de San Marcos, de un estilo parecido al anterior, pero el arroyo con menos agua. Comenzamos a subir un poco, pasamos junto a la fuente de La Teja, sin agua y un poco mas adelante nos desviamos a nuestra derecha por una pista que nos llevó hasta el arroyo que habíamos atravesado por el puente San Marcos , pero en este caso le cruzamos por unas piedras. Seguimos ascendiendo hasta llegar a la carretera de Hoyo a Cebreros, junto a la fuente Valverde, y tras unos metros por la carretera, nos desviamos a la izquierda por una pista amplia en suave ascenso.
Junto a una finca donde pastaban varios caballos y un asno hicimos un alto para beber agua, momento en que llegó el dueño de los animales, con el que estuvimos charlando un rato. Seguimos nuestro camino rodeados de viñedos y pinos, divisamos la estación de seguimiento de Robledo de Chabela , encontrándonos, posteriormente, con un agricultor que estaba podando su viñedo. En suave ascenso fuimos ganando altura, atravesamos otro arroyo y llaneando entre pinos llegamos hasta el embalse de Becedas, donde no pudimos ver el puente medieval, que allí existe, por estar llena la presa y cubierto de agua el puente. Bajamos a la presa antigua y por un puente atravesamos el río y tras una pequeña subida fuimos llaneando hasta llegar al área recreativa de Feñe .Desde allí por un camino, atravesando el pinar, salimos a la zona deportiva del pueblo, llegando, tras casi cuatro horas de caminata , hasta el coche que teníamos aparcado al lado de otro área recreativa, donde dimos por terminada la jornada y comimos los bocatas.
Bonita ruta, no muy exigente, esplendido día para caminar, ya que el viento nos nos importunó mucho y el sol nos acompañó a ratos. Bonitos pinares, aunque con mucha procesionaria que fuimos encontrando continuamente a la largo de la ruta
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