De nuevo la borrasca que entraba por el sur , nos llevó al norte, al sur de Cantabria, a Celada de Marlantes, cerca del puerto de Pozazal, en la salida de la autovía en Fombellida.
Empezamos a andar con mucho barro y algo de nieve, cuando desaparecieron el barro y el agua solo quedaba nieve. Seguíamos una ruta y al cabo de una hora cambiamos de idea, ya que la nieve estaba muy blanda, lo que impedía avanzar, puesto que nos hundíamos a cada paso. Tras vagar por el monte, siempre subiendo un poco, hasta encontrar el camino correcto,la explanación del gasoducto que pasa por ese monte, nos dirigimos al alto de Somaloma, con mucha dificultad y esfuerzo por el estado de la nieve.En esta zona había pisadas, que por el tamaño y el tipo de garra dedujimos que eran de zorro.
La zona alta tenia menos nieve y había algunos caballos pastando. Llegamos al vértice geodésico, desde donde teníamos unas preciosas vista hacia el pantano del Ebro, la entrada al valle de Valderredible, Alto Campóo, la sierra del Escudo y los montes de Lunada.
Para la vuelta para no hacer el mismo camino, decidimos hacer algo circular, por lo que iniciamos un descenso pronunciado, con mucha nieve, para a continuación subir, al encuentro del camino que nos llevaría al campo Linares y de ahí al camino del gasadoucto. Esta subida, tras atravesar varios arroyos, que no se veían por la nieve, afortunadamente se oían, se nos hizo muy dura y larga por la nieve, con frecuentes paradas, una, algo mas larga, para beber y comer unos frutos secos.
Al fin encontramos nuestro camino de vuelta , que también se nos hizo largo, ya que entre el viento sur , el sol y la temperatura que sería de unos 8 ó 10 grados habían ablandado aún mas la nieve, haciendo difícil avanzar, como nos hundíamos, llevamos los pies y los pantalones mojados, ya que aunque llevábamos polainas y las botas tienen Gore-Tex, la humedad y la nieve traspasaron polainas y botas.
Sobre las 14,30 h. llegamos al coche y mientras nos cambiábamos, decidimos que ,con la humedad que teníamos, para evitar males mayores, en forma de anginas o catarro, en lugar de comer el bocata, iríamos a comer un menú en el restaurante de la gasolinera de Fombellida.
Desde allí regresamos a casa, con alguna tormenta fuerte, cerca de Osorno.
dada la cantidad de nieve que hemos tenido que patear en las últimas salidas, hemos decidido que si el tiempo acompaña, la próxima semana intentaremos que sea en seco.
Esta ruta tiene que ser muy bonita en otoño, ya que predominan las hayas, con algunos acebos y tejos.
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