Salimos de la Iglesia de Camasobres, norte de Palencia, por una pista yfuimos cogiendo altura; hacia frío, algo de viento del norte y niebla, la pista nos llevó hasta un precioso bosque de hayas, salimos y por un sendero rodeado de escobas que, como había llovido y continuaba la niebla el agua de las ramas, mojaba chaqueta, botas y pantalones. Nos adentramos de nuevo en un bosque y fuimos a dar a una campa , donde había un redil para marcar, vacunar, etc. animales.
Por un sendero entre escobas llegamos a un bosque, en este caso de robles, atravesamos el mismo , nuevamente sendero entre escobas, hasta que alcanzamos un collado, donde estaba pastando un ciervo de buen tamaño y gran cornamenta, que nada mas vernos salió corriendo. Subimos a unas peñas calizas sobre un cortado y como la niebla nos impedía ver y por tnto crestarlas, las fuimos bordeando hasta encontrar una pista y un sendero que cresteando llegamos hasta un collado, descendimos a la base de las peñas calizas y al abrigo de unas piedras, nos hidratamos, comimos unos frutos secos e iniciamos el ascenso a la cumbre del día.
Alcanzamos un collado, donde habíamos estado tres años atrás viniendo desde Piedrasluengas, descendimos unos cien metros y por una pequeña canal iniciamos el ascenso a peña Ciquera, afortunadamente, estando arriba comenzó a disiparse la niebla y las vistas eran majestuosas, gran parte del valle de Liébana, con fondo Pico de Europa y colores de otoño en todos los bosques .
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| Haya |
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| Acebo |
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| Panorámica desde el Collado Ciquera |
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| Valle de Liébana |
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| Peña Ciquera y bosque de hayas |
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| Bandada de cuervos |
En el collado, justo debajo de la peña, donde existe una cabaña ganadera, nos encontramos con un lugareño que estaba reuniendo las vacas para cambiarlas de zona de pasto , según nos comentó. Por una pista nos adentramos en un bosque de hayas que tras pequeños descensos y subidas nos llevó al collado de la Espina, donde pastaban varias vacas y dos bonitos toros limusines.
Por senderos de animales bajamos hasta una pradería por la que discurre el arroyo Espina y por una pista y atravesando los prados, llegamos a la carretera. Un Km. por asfalto nos llevó a Camasobres sobre las tres de la tarde y en la pared del atrio de la iglesia, dedicada a San Pantaleón ,dimos cuenta de los bocatas.
Bonita ruta, que podría haber sido espectacular sin niebla, dado que los bosques tienen ya un colorido precioso y las vistas son espectaculares , a tenor de lo que pudimos apreciar cuando se disipo la niebla.
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