Amaneció, como se esperaba un día esplendido de primavera y tal como habíamos decidido de antemano, nos dirigimos a la sierra segoviana.
Empezamos a caminar con 15º grados, por lo que fuimos ligeros de ropa. La ruta, por una pista en muy buen estado, transcurre entre pinares, en continuo ascenso, pero sin fuertes desniveles. Debido a la nieve y lluvias caídas, en la zona alta, además del río Viejo que se precipita tumultuosamente, formando una estampa preciosa, hay muchos torrentes que se deslizan formando preciosas cataratas.
Desde lo alto , como en la pasada excursión, se ve la campiña segoviana, con los colores verde y ocre de las tierras de labor y sus pueblos diseminados en la llanura.
Como la ruta no tenia dificultades, terminamos pronto, sobre las 13 h..Visitamos el pueblo, que conserva un precioso potro de herrar, tomamos una caña y en un parque nos comimos el bocata .Como estábamos cerca , fuimos a tomar el café ,a la plaza mayor de Segovia, que estaba muy animada, con grupos de jóvenes extranjeros, principalmente franceses, que debían estar realizando un intercambio con colegios españoles.
En resumen un día precioso de primavera y una caminata muy agradable.
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