Iniciamos, con buen tiempo, algo fresco todavía, la ruta en Prioro sobre las 10,45 horas, siguiendo un sendero de pequeño recorrido muy bien señalizado, que por una senda algo embarrada al inicio, debido a las lluvias de días anteriores. El camino discurre por un frondoso bosque de robles, que habían dejado caer abundantes bellotas y tenía un color precioso.Llegamos a la peña Horacada, a la que no pudimos subir, por las dificultades y el riesgo que entrañaba.
Una vez en el cruce de caminos, decidimos ir hasta Tejerina, siguiendo el Gr-1,por un camino con unas preciosas vistas al valle y montes que le circundan. Tejerina es un precioso y pequeño pueblo leones, resguardado del norte por las montañas y abierto al este y al sur, que nos sorprendió gratamente: bien cuidado, con muchas fuentes y gentes muy agradables.
Tras unos tragos de agua y los frutos secos de rigor, iniciamos el regreso por el mismo camino, sin embargo cuando estábamos a media ladera, por insinuación de unos de los caminantes, decidimos subir al cerro de la Carbajosa que teníamos al lado, campo a través ya que no había sendero y con una inclinación considerable , que nos hizo sufrir un poco, pero mereció la pena , vistas espectaculares a los dos valles, el de Tejerina y el de Prioro,con sus montes circundantes, con un colorido otoñal precioso. Llegados al cruce visitamos el Corral de los Lobos, perfectamente restaurado y que da idea de lo que tuvieron que luchar los lugareños para defender sus rebaños de ganado.
Tranquilamente, siguiendo el GR-1, y saliendonos de la pista de ves en cuando, para evitar el barro, volvimos a Prioro, donde dimos cuenta de los bocatas e iniciamos la vuelta a casa.
Jornada preciosa, tiempo esplendido , bellos paisajes y un colorido de otoño que por si solo justificaría el viaje. Volveremos para hacer otra ruta.
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