jueves, 13 de diciembre de 2012

PEÑA CIQUERA 12-12-2012

Datos de la ruta : Altura. 1.612,Desnivel . 511,Longitud: 9,72 Km., Tiempo: 3,24 h.

Salimos a las 8 de la mañana con niebla que nos acompañó hasta Cervera de Pisuerga, donde desayunamos. Continuamos nuestro viaje con niebla, por lo que comenzamos a tener dudas sobre la visibilidad que íbamos a tener, pero a partir de San Salvador se disipó y ya veíamos las cosas de otra manera.
Llegamos al aparcamiento de Piedrasluengas, donde no pudimos entrar porque la nieve estaba helada, el termómetro marcaba 5 grados bajo cero.Con dificultades, ya que al frío había que añadir el viento nos preparamos y sobre las 10,30 horas iniciamos nuestra marcha. Enseguida nos adentramos en un bosque de hayas que nos protegió del viento, pero el caminar era lento, pues había mucha nieve, con calidades diferentes: helada, dura, blanda, teniendo dificultades para caminar en algunos momentos, cuando salimos del primer bosque las vistas eran espectaculares, Peña Labra, Picos de Europa, los valles del descenso a Potes, estos sin nieve, pero con coloración de otoño.









Seguimos avanzando y nos adentramos en otro bosque de hayas, por donde continuamos con nuestro andar dificultoso, hasta que salimos a un collado, con una caseta ganadera, desde donde veíamos los valles de Potes y la montaña Palentina en todo su esplendor, con el Curavacas sobresaliendo sobre todos los demás picos. Otro esfuerzo nos acercó a nuestro destino peña Ciquera al cabo de dos horas de marcha.
Tras las fotos de rigor iniciamos la vuelta con ratos de frío intenso por el viento que soplaba y la niebla que comenzaba a descender ,de vez en cuando nos protegían del viento las montañas o el bosque, lo que hacía mas llevadera la marcha.
Llegamos al aparcamiento y como el viento continuaba soplando con fuerza, hacía imposible que nos pudiéramos tomar el bocata al aire libre, por lo que decidimos ir a comer a Camasobres. Donde comimos muy bien y a un precio excelente en la Posada y sobre las 4 de la tarde iniciamos nuestro viaje de vuelta, tras una jornada dura, no tanto por la distancia y el desnivel sino  por las dificultades para avanzar sobre la nieve, cuando te hundías  y el cuidado que había que tener cuando estaba helada.

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