Salimos de Rucandio por una pista forestal, por la que fuimos ascendiendo suavemente, la abandonamos para coger un cortafuegos muy pindio, que tras unos 200 metros desapareció, iniciando una subida campo a través muy dificultosa, ya que no había camino, era muy pindio y el suelo estaba muy resbaladizo por la nieve caída, lo que dificultaba la subida, ya que había que agarrarse a todas las plantas que pudieran ayudar a subir.
Una vez arriba giramos hacia el noroeste, a veces por caminos marcados,otras campo a través y comenzó a soplar un viento del norte frío y a neviscar, nos asomamos frecuentemente para ver el paisaje de las Caderechas, donde no habían florecido todavía ningún cerezo ni manzano. Divisamos el vértice geodésico de los Castillos y hacia allí nos dirigimos. Llegamos a la cima donde soplaba un viento frío y muy fuerte que dificultaba la marcha, fotos de rigor y rápido descenso para tras una pequeña subida volver a bajar, ahora si el sendero se veía bien.
Valle Caderechas |
Los Castillos |
Llegamos a una pista en la que había dos cruces,el primero de la pista que viene de Rucandio y el segundo de Huéspeda. En este punto decidimos, que con el viento y el frío que hacia y la amenaza de lluvia y nieve, no continuaríamos bordeando el valle por la cumbre y descender por la pista. Llegamos primero a Huéspeda, desde donde nos dirigimos a Madrid de las Caderechas, cruzamos el pueblo y bajamos al fondo del valle por una pista, embarrada por momentos, llegamos a una carretera que en continua subida nos condujo a Rucandio, donde tras cambiarnos dimos cuenta de los bocatas, algo al abrigo del viento.
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