Datos ruta: Altura: 1.724;Desnivel: 712; Distancia: 18,43Km.; tiempo 4,41 h..
Los pronósticos meteorológicos eran buenos para el norte, así que encaminamos nuestros pasos hacia la montaña palentina, en concreto a Cardaño de Abajo.Había caído una buena helada, por lo que iniciamos nuestra andadura a 3º bajo cero. Bien abrigados cogimos la pista que conduce al Espigüete, como lucia un sol espléndido, con ausencia total de nubes, enseguida tuvimos que desprendernos de una prenda de abrigo; según avanzábamos comenzamos a disfrutar de unas preciosas vistas, colores ocres de los robles, verdes de los prados y bosques de pinos y blancos de la nieve.
La subida es llevadera, salvo una parte pindia cerca de la base del Espigüete;durante la ascensión nos sorprendió un bando de perdices y algunos venados que corrían entre las escobas. En poco mas de una hora alcanzamos la base del citado pico, majestuoso, blanco por su piedra caliza y aún mas por la nieve, al que hemos subido el otoño pasado.
Continuamos nuestro camino hasta el collado de Armada, antes de llegar y en la cara oeste de la base del pico, apareció un rebaño de venados ,de unas veinte unidades, precioso, mas aún cuando iniciaron el descenso en carrera y en fila india.
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Valle y pantano de Camporredondo |
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Rebaño de venados |
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Venados corriendo |
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Al fondo el Espigüete |
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Al fondo montañas de Riaño |
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Cara oeste desde Valverde |
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Espigüete desde el pinar |
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Pista de descenso |
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Pista de descenso |
Desde el Collado iniciamos el descenso hacia Valverde, siguiendo el GR-1, Ampurias-Finisterre, ahora ya con nieve, ya que está orientado al oeste, el descenso hasta la pista del pueblo fue bastante técnico, por la nieve helada sobre la que nos movíamos.
En Valverde tras un breve descanso junto a la iglesia iniciamos el camino de vuelta, en el que, a la subida del collado , se añadió la nieve helada, si bien hicimos la subida sin contratiempos y con calor , ya que el sol estaba en su apogeo. En el collado tomamos la pista que salía hacia la derecha, disfrutando del sol, hasta que abandonamos el GR-1 y nos adentramos por una pista en un monte de pinos, flanqueda por abedules en algunos tramos, en sombra y con la nieve helada, que dificultaba la marcha y provocaba tener que andar muy atentos, sin poder apreciar libremente el paisaje por temor a la caídas; afortunadamente solo tuvimos algunos resbalones , aún así continuamos apreciando la majestuosidad del Espigüete, cuando algún claro nos lo permitía. Una vez abajo, ya sin nieve, recorrimos todo el valle , siguiendo el curso de un arroyo hasta llegar a Cardaño.
Ambos pueblos de montaña,uno en Palencia y otro en León, están muy restaurados, aunque apenas vimos un alma y la mayoría de las casas están aparentemente cerradas.
En resumen una ruta preciosa, con paisajes espectaculares, los montes circundantes llenos de nieve y un sol espléndido.
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